¿Qué sentido tiene todo?
¿Hacia dónde va nuestra vida?
¿Por qué nos morimos?
¿Hay algo después de la muerte?
Quizá no hay una respuesta concluyente a estas cuestiones, pero toda persona se las plantea en un momento u otro de su vida. En estas páginas, el prestigioso filósofo y teólogo Francesc Torralba presenta argumentos lúcidos y comprensibles a las grandes incertidumbres existenciales.
En nuestro viaje por la vida, no sabemos en qué estación nos tocará apearnos, pero si lo aprovechamos para buscar la belleza, la bondad, la verdad y la unidad, habrá tenido un sentido.

La paraula entusiasme, d’origen grec, signifi ca emoció
des de les entranyes, agitació interior, possessió dels
déus. És un bé interior que traspassa tots els estrats de
la persona. És densitat emocional que afecta el cos,
la vida mental, la imaginació, el pla de les relacions
socials i la mateixa vida sexual. És una mena d’energia
que empeny a establir vincles, a sortir de nosaltres
mateixos per crear ponts d’empatia i de complicitat.

Gratuït és allò que no cerquem ni busquem, allò que no
esperem, que està fora dels càlculs racionals i que ningú
no preveu que passarà, fi ns que, fi nalment, s’esdevé.
És l’inesperat, allò que s’esdevé contra pronòstic, que
irromp en la pròpia vida i la capgira de ple. És el que
no hem planifi cat, ni hem cercat obstinadament. Hi
ha, encara, una segona forma d’entendre la gratuïtat.
És gratuït allò que no respon a l’interès, el que es fa
desinteressadament, sense esperar algun resultat a canvi.
És gratuït allò que es dóna sense esforç, allò que no
s’ha de pagar per a adquirir-ho.

La soledad no es un objetivo que queramos perseguir. Es una vivencia del alma, una experiencia por la que podemos pasar. El ser humano no es sólo el animal social que teje vínculos con los suyos para defenderse de los enemigos y ayudarse mutuamente. También se retira, toma distancia, se aleja de la comunidad. Este libro no es un manifiesto contra la soledad. Tampoco es una defensa de la vida solitaria. Es una apología de la soledad, de este bello estado tan necesario para el desarrollo completo de la persona y de sus facultades.

El perdón nunca es una casualidad. Tampoco es una necesidad de la naturaleza, ni una fatalidad histórica. Es, en cualquier caso, un acto humano, una expresión de la más profunda libertad, una manifestación de la creatividad. El perdón nunca se hace de manera instintiva o mecánica. Es la consecuencia de un esfuerzo, de un acto voluntario después de superar el orgullo herido. No es fácil perdonar, pero es posible.

La ternura no es una cosa ni un objeto. Evoca un tipo de vínculo. Entre un padre y un hijo, entre dos personas mayores sentadas en un parque, quien sabe si entre un monitor y un interno en un hospital psiquiátrico. Muy bien representada en las escenas de la pintura y la escultura, la ternura constituye un vínculo muy frágil, pero también se convierte en un pellizco en el corazón. Es fundamental en las relaciones humanas, aunque solo nos damos cuenta cuando falta.

El camino hacia la felicidad personal no es un camino solitario, ni una especie de lucha individual contra un montón de contrariedades. Es un camino en el diálogo que exige necesariamente una apertura hacia los otros, una relación confi dente e íntima que no esconde ningún secreto y que busca, por encima de todo, el bien del otro. La amistad es relación, aunque en ningún caso es un obstáculo a la libertad.